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domingo, diciembre 22, 2024
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Final Fantasy 16: Un cuento de hadas moderno

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Hay pocas series de juegos de rol que cautiven a su base de jugadores como Final Fantasy. Lanzada en su día por Square, la serie JRPG se ha reinventado una y otra vez a lo largo de los años, pero siempre ha contado historias épicas

Final Fantasy 16 no es una excepción, sino que se mantiene fiel a sí misma en su desarrollo y sigue el camino que la desarrolladora Square Enix ya emprendió con Final Fantasy 15. No obstante, hay numerosas alusiones a lo largo de todo el juego, como recuerdos de tiempos pasados.

Marcado por el fuego

Final Fantasy 16 comienza de forma más rimbombante que nunca, cediendo sin contemplaciones a los jugadores el control de Phoenix, un ser conocido en este mundo como Eikon, que ya existió como invocación en anteriores juegos de Final Fantasy. Tras un más que impresionante enfrentamiento entre el Ave del Renacer e Ifrit, otro Eikon, el escenario cambia a Clive Rosfield, un mercenario al servicio de Sanbrequ, una de las principales potencias del mundo de Final Fantasy 16.

Básicamente, el juego puede describirse fácilmente como Juego de Tronos Light, ya que hay intriga y poderes enfrentados a cada paso. Primero, sin embargo, experimentamos un salto en el tiempo y conocemos los antecedentes de nuestro héroe y su familia. El propio Clive forma parte de la familia gobernante de Rosaria, pero se ve eclipsado por su hermano menor Joschua, ya que, a diferencia de él, fue elegido como Dominante, el nombre que reciben los portadores de los Eikons, por Phoenix.

En consecuencia, su madre le trata con frialdad, pues sólo tiene ojos para el segundo vástago de la noble familia. Pero aunque Clive no posee las habilidades de un Dominante, sin embargo fue «tocado» por Fénix, lo que significa que puede utilizar sus habilidades. Pero más sobre eso después.

Un poco más tarde, Clive, su padre y Joschua, junto con una legión de soldados, parten hacia la Puerta del Fénix, ya que otra guerra parece inminente y quieren celebrar cierto ritual de antemano. Pero antes de que esto ocurra, las fuerzas son atacadas por los soldados de Sanbrequ y el padre y los amigos de Clive son asesinados. Sólo Joshua sobrevive porque puede transformarse en el Fénix. Pero la alegría sólo dura unos instantes, ya que se enfrenta a Ifrit, otro Eikon, y muere poco después. Clive, devastado, jura vengarse, pero pronto pierde el conocimiento y es tomado como esclavo por los soldados enemigos.

A partir de entonces se desarrolla una epopeya de venganza, en el transcurso de la cual Clive se topa una y otra vez con sus límites y tiene que superarlos para dejar atrás los acontecimientos de aquel fatídico día.

La fantasía se encuentra con la Edad Media

Los fans de la vieja escuela reconocerán de inmediato que Square Enix ha escarbado un poco en su propio pasado, tanto visualmente como en términos de contenido. Muchos elementos recuerdan a Final Fantasy I a IV, aunque la jugabilidad en sí corresponda a juegos mucho más jóvenes. Por ejemplo, hay un reencuentro con los cristales, que desempeñaron un papel grande e importante en títulos anteriores de la serie.

La ambientación de moverse por un mundo de aspecto medieval tiene más en común con los primeros juegos de Final Fantasy que, por ejemplo, con Seven, Eight, 13 o 15. Por desgracia, la última entrega de la serie no ofrece un mundo de juego abierto per se; en su lugar, los jugadores se mueven por zonas marcadas, que son muy extensas, pero siguen pareciendo instanciadas. En el mapa del mundo, las zonas individuales sólo se muestran como puntos que se pueden seleccionar y a los que se puede entrar a través de un menú. A algunos esto les resultará bastante molesto.

El cambio más fundamental, sin embargo, está en el sistema de combate y habilidades. Final Fantasy 16 apuesta por una mecánica de enfrentamiento directo y activo que recuerda más a Devil May Cry o Bayonetta que a cualquier otra cosa que haya lanzado Square Enix bajo la marca Final Fantasy -incluyendo Dissidia y su predecesor Final Fantasy XV.

En el papel de Clive, y en algunos lugares también de otros personajes, atacamos a nuestros oponentes directamente y sin más preámbulos con nuestra arma y podemos recurrir a diversos hechizos. Como ya se ha mencionado, Clive fue bendecido por el Fénix, por lo que puede utilizar sus habilidades sin ser un Dominante. Entre otras cosas, se puede atacar a los enemigos a distancia con bolas de fuego o utilizar las habilidades de Clive para infligir una buena cantidad de daño en rápida sucesión.

Final Fantasy 16 utiliza un sistema de escalonamiento en el que los enemigos tienen una barra de estado además de su energía vital. Si ésta baja a 0 después de haber recibido suficiente daño, la criatura u oponente queda aturdido durante un breve periodo de tiempo y no se defiende de los ataques de Clive. Por lo tanto, depende de los jugadores infligir tanto daño como sea posible antes de que el enemigo pueda recuperarse.

Los combates, especialmente los que se escenifican cinematográficamente, son un momento culminante y no querrás que acaben. Aquí, cada golpe parece enorme y deja una cantidad de daño decente en el oponente, algo que hace sombra incluso a invocaciones gigantes anteriores como Eden de Final Fantasy VIII.

Además de las batallas y la historia, Final Fantasy tiene mucho más que ofrecer, aunque se trate principalmente de elementos típicos de los juegos de rol. Las armas se pueden comprar y mejorar, el personaje acumula puntos de experiencia para subir de nivel y mejorar sus hechizos, etcétera. Las misiones secundarias también quieren ser completadas, pero son escasas, al menos en el primer tercio del juego, y salvo algunas excepciones no ofrecen ningún valor añadido significativo a la jugabilidad.

.. y mucho racismo & opresión

Sin embargo, el tema del racismo y la opresión se les echa en cara a los jugadores sin piedad. El propio Clive fue incorporado al ejército de Sanbrequs como esclavo dentro del juego, en parte porque es capaz de utilizar habilidades mágicas para ello. A las personas como él se les suele llamar portadores y la sociedad los considera ciudadanos de segunda clase. Trabajan como esclavos, son utilizados en campos de trabajo o tienen que ir a la guerra como soldados. Debido a la naturaleza del funcionamiento de Clive como personaje, los enfrentamientos con personas responsables son inevitables y, en algunos momentos, se convierten en el centro de la historia.

Final Fantasy 16 es un excelente juego de rol japonés, pero puede no gustar a todos los fans de la serie debido a algunas decisiones de diseño. Sin mundo abierto real, donde el combate nunca ha parecido más agradable, se combinan para crear un juego que no debe perderse este año, Diablo 4 moler lo permite.