Dani acaba de volver de vacaciones y ha descubierto un juego de historias que merece mucha más atención.
Lo bueno de estar de vacaciones es que de repente tengo mucho tiempo para cosas que no suelo hacer. Las molestas citas en el registro de ciudadanos, por ejemplo. O una gran limpieza del piso que en realidad estaba programada para primavera.
Pero no sólo las molestas cosas de adultos me endulzan las vacaciones. Por fin vuelvo a tener tiempo para los videojuegos, que suelen ir detrás de grandes superproducciones como Baldur’s Gate 3 o Cyberpunk 2077 y suelen quedarse atrás por falta de tiempo. Juegos como The Cosmic Wheel Sisterhood, por ejemplo.
De acogedor
Admit: A primera vista, la historia de la aventura parece más bien un acogedor juego para sentirse bien en el medio, porque gran parte de la jugabilidad se limita a la pequeña casa asteroide de la bruja Fortuna. Ella fue exiliada por su aquelarre durante 1.000 años porque predijo un futuro oscuro.
Como la casa es muy acogedora, pero también muy tranquila, Fortuna no puede soportarlo más después de 200 años. Invoca a un behemoth, es decir, una especie de demonio, con el que hace un pacto para salir finalmente de allí y no sucumbir completamente a la locura o a la autodestrucción.
Pero en lugar de transportarla a un lugar acogedor en otro punto de la galaxia, el behemoth Abramar le devuelve algo más: su capacidad para ver el futuro. Con el inicio del exilio, el aquelarre había confiscado la vieja baraja de tarot de Fortuna, para que la agorera no pudiera prever más cosas malas por venir.
El Corazón de las Cartas
Arbramar le otorga la capacidad de crear sus propias cartas. Fortuna las crea creando cartas individuales a partir de varios objetos y fondos, que yo misma puedo diseñar a mi antojo
Cada carta predice cosas diferentes. Al igual que en la baraja clásica del Tarot, cada una de las imágenes y constelaciones simboliza cosas diferentes. Por ejemplo, una carta puede representar comunicación y paz, pero también rechazo y malos augurios.
Las propiedades de cada carta dependen de la constelación que haya elegido y del diseño de la carta.
Si he creado al menos dos cartas, puedo utilizarlas para predecir el futuro. Sin embargo, como las cartas pueden significar cosas diferentes, la adivinación depende de la interpretación del vidente, por lo que siempre hay varias interpretaciones posibles ante el ojo de mi mente entre las que puedo elegir.
Y aquí es donde se pone emocionante
Como un espejo
En el transcurso de la historia, a través de una cadena de acontecimientos, viejos amigos o nuevos conocidos siguen visitándome como adivino con preguntas concretas. Algunos quieren saber cómo será su futuro profesional, otros tienen problemas privados cuya solución buscan en su futuro.
Yo decido la interpretación de las cartas en cada adivinación. Puedo predecir que alguien saldrá herido, que un plan perecerá o que un objetivo se alcanzará. Al hacerlo, siempre actúo también en mi propio interés.
¿Cómo predigo el futuro de la bruja responsable de mi miseria y sufrimiento? ¿La dejo sufrir o le doy visiones optimistas del futuro? ¿Soy sincero con mis antiguos amigos? ¿Hablo del hecho de que me he hecho daño en mi exilio?
Con cada adivinación y casi con cada diálogo, tomo decisiones que repercuten en el curso de mi juego y de mi historia. Algunas de ellas son inmediatas, otras se hacen patentes mucho más tarde y a veces no se trata sólo de cambios en el futuro
La mezcla de toma de decisiones, personajes apasionantes y muchas zonas grises morales hacen de La Hermandad de la Rueda Cósmica una experiencia absoluta para mí, que puede sorprenderme una y otra vez con sus giros y sorpresas.
Con unas ocho horas de juego y un precio de compra de 18 euros, poco puedes hacer mal aquí si también te gusta exactamente este tipo de narrativa.