Gran Bretaña prohíbe la compra de Activision Blizzard por Microsoft

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Los reguladores británicos han dictaminado. La mega adquisición planeada en el sector de los videojuegos está a punto de fracasar

¡Noticias impactantes para Microsoft! El acuerdo de adquisición con Activision Blizzard anunciado el año pasado corre peligro de fracasar por culpa de las autoridades de competencia británicas.

El Reino Unido prohíbe la adquisición

Después de que los reguladores británicos de la competencia, la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA), ya hubieran señalado problemas tras una revisión inicial del acuerdo, ahora han dictado la sentencia definitiva. En una notificación del 26 de abril, la CMA prohibió la adquisición por parte de Microsoft principalmente en lo que respecta a la exclusividad de determinados títulos, así como al poder de mercado en el mercado de los juegos en la nube.

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Aunque Microsoft y Activision habían ofrecido mantener sus juegos en todas las plataformas durante al menos diez años, esta concesión no fue suficiente para la CMA.En su razonamientolas autoridades también dejaron claro que las ofertas de compromiso de Microsoft y Activision Blizzard también acarrearían problemas más amplios y continuos. Al fin y al cabo, las autoridades tendrían que revisar y también hacer cumplir las disposiciones adoptadas durante años.

Así dijoMartin Coleman, uno de los expertos independientes que participaron en la decisión, que la adquisición habría sustituido la competencia de los rivales por un control ineficaz.

Microsoft y Activision anuncian una protesta

Por supuesto, hubo una protesta directa de la industria

Brad Smith, vicepresidente y presidente de Microsoft, se mostró decepcionado por la decisión, que no se ajustaba al estado actual de la tecnología en la nube. Esto enfrentaba al Reino Unido con la innovación y la inversión en nuevas tecnologías.

Tanto Activision como Microsoft ya han anunciado acciones legales contra la decisión.

Desde el anuncio de la adquisición en enero de 2022, el acuerdo ha sido examinado por numerosas autoridades de todo el mundo. Además de las autoridades británicas, se está prestando especial atención a las autoridades de competencia de EE.UU. y la UE. El acuerdo sigue siendo objeto de escrutinio tanto en América como en Europa, donde la decisión también podría ir en contra de los responsables del sector.